Tras leer el artículo de Joan Ferrés sobre La educación como industria del deseo, me gustaría hacer algunos comentario y reflexiones, que apoyan las ideas que nos trasmite el autor.
Sin embargo, no ocurre lo mismo en el ámbito educativo, donde los profesionales de la educación (a pesar de poseer conocimientos, valores... de vital importancia) no saben crear ese deseo que haga más atractivos sus productos.
Por eso, la clave está en apelar a las emociones y generar el deseo en las personas, tal y cómo se hace a través de los medios de comunicación. Saber responder a la pregunta yamiké que se hace el usuario. De está forma, las personas se movilizarán más y de forma más afectiva, en vez de utilizar la agresividad y el miedo.
Detalle de la pintura La escuela de Atenas, imagen: Wikipedia
Joan Ferrés se refiere a la educación como una industria, ya que lo que tiene que hacer es transformar los viejos contenidos para que parezcan más nuevos y atractivos, como hacen los publicitarios con las marcas y productos.
No obstante, en esta tarea tampoco se puede dar todo el protagonismo a la emoción. En el ámbito educativo lo correcto sería aprovechar la capacidad movilizadora que tienen las emociones para fomentar el deseo de pensar y aprender.
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